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La nueva tendencia de spot para Tv peruana

Puede ser microempresario, inmigrante luchador, cantante de cumbia, chicha o huaino, o también un anónimo peruano de a pie, trigueño y andino por sus cuatro costados. Cualquiera de ellos aparece ahora en su televisor. Son modelos de publicidad. Y cada año ganan más espacios en esa pantalla todavía dominada por el estereotipo del hombre y la mujer de tez blanca, cabellos claros y ojos azules. Por primera vez, los publicistas empiezan a mostrar a los peruanos tal como son. En sus casas a medio construir, en sus calles modestas y hablando con su jerga y acentos característicos. Y los muestran luchadores, exitosos, laboriosos… Los creativos de las agencias publicitarias están convencidos de que ahora “eso es lo que vende”. No estaría mal que así como se animaron a poner en escena a quienes son mayoría en este país, también dejen atrás otros prejuicios que alimentan la exclusión y la intolerancia. Esa es una tarea pendiente. Pero veamos aquí cuánto se ha avanzado.

“Con orgullo”, es el título del nuevo spot de Mibanco. Probablemente usted ya lo vio, de lo contrario aquí una ayudadita: “Soy luchador” -y aparece una mujer abriendo su negocio de abarrotes-, “Soy trabajo” -y aparece un hombre cargando fruta para venderlas en el mercado-, “Para llegar arriba yo vengo desde abajo…”. ¿Qué vende este comercial?: “Orgullo de ser peruano, ser trabajador y ser exitoso”. ¿Y cómo lo hace? Con un empresario textil de Gamarra que trabaja codo a codo con sus obreros, con un camionero que debe pasar horas manejando para entregar sus pedidos y con una mujer que administra su restaurant campestre en uno de los tantos parajes amazónicos del Perú. Este comercial es parte de una tendencia en alza en la publicidad local que recoge los valores y costumbres del peruano, de la costa, la sierra o la selva. No importa si es alto, chato, barrigón o flaco. Blanco, negro, indio o cholo. Todos son peruanos y a mucha honra. El spot costó 80 mil dólares de producción





Hace diez años no era común verlos en las pantallas. No se creía en el éxito del emprendedor o del inmigrante que llegaba a Lima apenas con unas monedas en el bolsillo. La publicidad solía encasillarlos mostrándolos siempre con trajes típicos y vendiendo algún producto barato y con un mensaje simplón. Eran guachimanes o empleadas domésticas. Esos clichés ya han sido derribados por una nueva realidad. Hoy el peruano emergente está cobrando el fruto de su esfuerzo, el reconocimiento. Según Mauricio Páez, de Quórum, agencia que hizo el comercial, es tiempo de retratar a un peruano seguro de sí mismo y dueño de su destino. “Asociamos su esfuerzo personal al sostenido crecimiento económico del país”, explica Páez.

Y tiene razón. Basta de prestar atención a la tanda publicitaria un sábado o domingo por la mañana, o durante la semana mientras ve los noticieros, o lee las páginas de los periódicos y revistas. ¿Quiénes aparecen allí? Un matrimonio que vive en un asentamiento humano y tiene dificultades para construir su casa –Cementos Sol y Hatunsol-, un pequeño empresario que viaja ofreciendo sus productos –Inkafarma-, también cantantes de música vernacular –como Sonia Morales, Dina Páucar que están con Telefónica-, o de música tropical –ese es el caso de Tongo que se pasó de Telefónica a Claro, o al Grupo 5 que promociona a D’onofrio. Anónimos o célebres, unos y otros se abren paso en la vida con firmeza y esfuerzo. Pero no nos olvidemos de Magaly Solier, la hermosa huantina a la que todo el Perú admira y de la cual nos sentimos orgullosos, en un reciente comercial de Nescafé.

Aunque reivindicar ese sentimiento de andina y emergente peruanidad está en boga, nadie lo había abordado de manera tan elaborada como en el spot “Un lunes cualquiera”, que Telefónica difundió el último verano. Young & Rubicam diseñó una serie de comerciales especialmente para el Perú, único país en el que la transnacional española buscó que su publicidad refleje su identidad multicultural. Son 72 segundos que muestran un Perú que se despierta, que celebra el triunfo de la Mulanovich, que camina por las calles del centro y viaja en combi. Ese spot exalta el país de la fusión gastronómica, del vóley femenino, muestra su diversidad racial reflejada en los rostros de nuestros niños, revela la esperanza de los peruanos que vuelven al terruño y se abrazan en el aeropuerto. Al final, una voz en off nos dice que ha llegado la hora de sumar, de conectarse con todos porque que si anoche nos acostamos peruanos, esta mañana de lunes, amanecimos hermanos.

Los versos de un poema de César Vallejo titulado “La cena miserable”, son destacados en el guión de este spot: “Y cuándo nos veremos con los demás, al borde de una mañana eterna, desayunados todos!”. Pero quizá la mención más emotiva sea la de Zavalita, el entrañable personaje de “Conversación en la Catedral”, que en medio de la avenida Tacna se pregunta: ¿en qué momento se jodió el Perú? Los creativos de Young & Rubicam respondieron a la pregunta, y nos aseguran que los peruanos ya no estamos jodidos, sino que un lunes, Zavalita, un lunes cualquiera nos enderezamos todos. Este es un spot notable, tanto por la calidad de sus imágenes como el mensaje de integración que pregona que por cierto costo 140 mil dolares aproximadamente en producción el spot.





Norteño emprendedor

“Soy un vendedor, el norte es mi territorio”, dice un hombre de 1.60 de estatura, piel trigueña y barrigón como usted. Es un progresista que viaja buscando que su negocio crezca, y es exitoso gracias a ese esfuerzo. Ese es el perfil del protagonista de la última campaña testimonial de la red de boticas Inkafarma. Este hombre, más allá de hablar de una gastritis pertinaz, cuenta una historia de vida a su espectador. Le va bien con el trabajo, pero almuerza y cena en cualquier parte y, como medio mundo, anda mal del estómago. Pero no hay de qué preocuparse. La receta que le dio el médico la puede encontrar en cualquier Inkafarma. Una historia tan natural que el espectador tiende a olvidar que es el testimonio de un actor. Como bien sabe, Luis Felipe Piérola de la agencia Boom, encargada del spot, todo depende de cómo se venda un producto el cual costo 80 mil dólares de producción

“La idea de que todos los que tenían alguna capacidad de gasto querían ser o parecer de origen europeo ya quedó en el pasado. Ahora a los peruanos les gusta verse como son”, afirma Piérola. Por eso mostraron a un norteño cetrino, que come bien y que si bien se preocupa por su salud, quiere darse unos gustitos.

“La publicidad debe demostrarle a los consumidores que los conoce bien. Y hoy en día todos quieren sentirse cada vez más peruanos, la verdad es que es un orgullo que décadas atrás apenas se percibía”, asegura Piérola. Por lo tanto, la publicidad seguirá en ese camino.

“No es suficiente”
Wilfredo Ardito
Aprodeh

“Es positivo que hoy se incluya en la publicidad a personas de rasgos mestizos y andinos. Pero no es suficiente que aparezcan, lo importante son los roles en los que aparecen. Por ejemplo, en comerciales como los que citan en este artículo, de Inkafarma y Mibanco, aparecen personajes que trabajan y se esfuerzan, ellos son de rasgos andinos. Pero cuando presentan a una persona exitosa y bella que tiene dinero y es feliz se presenta a un blanco, castaño o rubio. Ahí hay un problema de inclusión. Lo hace Oeschle, que abrió su primera tienda en Huancayo, y su imagen es Roxana Fernández Maldonado, quien no se parece en nada a las mujeres de Huancayo. Lamentablemente, una bebida emblemática como lo es Inca Kola, el año pasado en uno de sus spots sobre la creatividad colocó jóvenes, que eran blancos, es decir para ellos no había diversidad en el Perú y así podría seguir citando, papas Lays con una división entre campesinos y quienes disfrutan las papas, la UPC donde parece que solo estudiaran noruegos o ingleses. En Aprodeh apreciamos los avances pero aún falta camino por recorrer”. Fuente Revista Domingo La República

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